Reforma judicial: Un clásico reflejo kirchnerista

Es un clásico de la política argentina de las últimas décadas: ante una marcha en su contra, el kirchnerismo reacciona subiendo la apuesta. Lejos de retroceder, avanza. Fue así durante el gobierno de Cristina desde el conflicto con el campo en 2008 y el famoso 8N de 2012: el discurso se endureció hasta el fin de su mandato.

Como estrategia política, el gobierno apostó a desoír la masiva manifestación del lunes. Los que estuvieron en las calles nunca fueron, en cualquier caso, nuestros votantes, creen en la Rosada.

En vez de discutir en el terreno político la reforma judicial, principal reclamo de la convocatoria, el oficialismo atacó sólo el supuesto peligro sanitario de la marcha. Pero es a ese terreno adonde la oposición lleva ahora el debate. Cada sector deja bien presente su postura.

JxC pide públicamente que retiren el proyecto: no hay posibilidad de negociación y menos, tras ese pedido, de que el gobierno lo baje. Sería una derrota total.

El oficialismo avanza cómodo en el Senado, pero se complica en Diputados, incluso con aliados como el lavagnismo que, tras la marcha, dejó una advertencia.