28 años del Grupo El Brote en Bariloche: «Esa gente no tenía otro lugar en el mundo que ser pacientes de Salud Mental»
El grupo de teatro social pone el foco en la producción artística y no en el "arte terapia" o talleres de rehabilitación psicosocial.
«Lo que, en los ambientes médicos era considerado como delirio, para mí era la posibilidad de una construcción poética distinta«. Gabriela Otero advierte que, el grupo «Siembra» que fundó el dramaturgo Humberto “Coco” Martinez en Carmen de Patagones y Viedma, al regreso de su exilio ya en democracia, dio lugar de alguna manera al nacimiento del grupo de teatro social El Brote en Bariloche que ella misma fundó, dirige artísticamente y hoy cumple 28 años.
«Coco venía del teatro militante de los 70 y diversas formas de teatro popular y político en Latinoamérica. Al conformar ese grupo Siembra, nos formó a un grupo de jóvenes en un teatro con un fuerte compromiso social. Tuvimos la suerte de formar parte de ese puente generacional», comentó Gabriela que luego de vivir unos años en el exterior, decidió regresar a la Patagonia para poner en marcha esa forma de hacer teatro.
Dictaba talleres para niños, jóvenes, adultos mayores en situación de marginación y coordinaba el área teatral del hospital neuropsiquiátrico de Carmen de Patagones. «Por lo general, la clase media elegimos el teatro porque nuestros padres nos pagan un taller o porque tenemos acceso cultural. Esa idea prendió en compañeros de Salud Mental del hospital de Bariloche«, contó y acotó: «Esa gente no tenía otro lugar en el mundo que ser pacientes de Salud Mental».

Un camino de 28 años
Gabriela comenzó con los talleres en Bariloche donde encontró un potencial en la gente y de esta forma, se inició un largo camino. Puso como ejemplo a Guillermina Ormeño que, hoy, es una actriz reconocida en el ámbito teatral. «No había otras oportunidades para esta gente que encontró en el teatro la forma de encarnar y asumir un discurso propio, una identidad social que no fuera el lugar pasivo de paciente de Salud Mental al cual los condenaba la sociedad«, detalló.
Sin embargo, Gabriela aclaró que la tarea está centrada en la producción artística, no se trata de «arte terapia» o talleres de rehabilitación psicosocial. «Obviamente, se necesita que los actores y actrices estén bien en términos de salud psíquica, que tengan un proceso de recuperación para que puedan ejercer plenamente el oficio teatral que implica la construcción de escenas, trabajar en grupo, sostener compromiso, ensayos, funciones y una articulación constante con la comunidad», señaló. Lo cierto es que, a lo largo de los años, El Brote logró la construcción de un discurso artístico que tuvo reconocimientos en el país y en el exterior.

«Con estas distinciones por la calidad artística del trabajo, se trascendió una barrera de prejuicio que también existe en el campo artístico. El reconocimiento y acompañamiento del público siempre estuvo y hemos realizado giras internacionales», mencionó.
La mayoría de los actores de El Brote han perdurado en el tiempo; otros han envejecido o tienen problemas de salud y ya no siguen participando. En tanto, muchos jóvenes se siguen incorporando. «Es linda la diversidad generacional de profesionales hacia dentro del grupo. Predomina el palo artístico», definió Gabriela.
¿Cuál es el mayor logro en estos 28 años? Para Gabriela, fue la conformación de un grupo de teatro con una producción artística de calidad y continuidad en el tiempo, «especialmente en este momento en el que impera lo efímero, lo volátil, lo virtual con la pérdida de lazos comunitarios».

«Otro logro es que los protagonistas fueran estas personas discriminadas, con mote de locos o de pobres. Y además, lograr una artística poética que no reproduce las de Buenos Aires. El Brote tiene una poética singular propia muy potente«, puntualizó.
Por otro lado, la fundadora del grupo destacó los efectos en la salud mental de la comunidad: «Me refiero a la gente que viene a ver las obras de El Brote en estos tiempos donde el encuentro presencial es tan difícil como la posibilidad de compartir con el otro. Una posibilidad de encuentro y de disfrute. Rescatar el teatro como espacio de encuentro es una acción política. Un teatro que apuesta a la esperanza».
En relación a los actores, Gabriela resaltó que el grupo les posibilitó «un proyecto de vida, formar parte de un grupo, tener un reconocimiento social, donde antes solo había una mirada descalificadora«.

El Brote con sede propia
El Brote funcionó durante muchos años en un espacio prestado por la Iglesia Luterana hasta que, finalmente en 2010, se inauguró la sala de teatro social en la esquina de Tiscornia y Beschtedt en Bariloche en 2010. El Instituto Nacional del Teatro aportó el 60%; el resto del dinero se consiguió «a pulmón». Hoy, en ese espacio autogestivo se brindan talleres de teatro, expresión corporal, canto y música, gratuitos.
«Tenemos el apoyo de algunas políticas públicas que reconocemos en este contexto donde el Estado se retira cada vez más como garante de derechos: el programa ‘Arte, comunidad e inclusión’ de la Secretaría de Cultura Río Negro y el Programa GestOS, de la Subsecretaría de Políticas Públicas para Personas con Discapacidad de Río Negro», destacó Gabriela y reconoció el apoyo de la escuela municipal de arte La Llave.

Para celebrar los 28 años, el grupo brindó, a sala llena, dos funciones que forman parte del ciclo “El teatro argentino celebra su público”, del Instituto Nacional del Teatro. «Corazón de árbol» es una obra «multidisciplinar» que combina teatro, poesía y música en vivo. Mientras que, este sábado a las 21, se presenta «El pan o la vida, reescritura trágica en clave de farsa«. Las entradas son gratuitas, pero solo con reserva a través de la plataforma Alternativa Teatral (http://www.alternativateatral.com.ar).

"Lo que, en los ambientes médicos era considerado como delirio, para mí era la posibilidad de una construcción poética distinta". Gabriela Otero advierte que, el grupo "Siembra" que fundó el dramaturgo Humberto “Coco” Martinez en Carmen de Patagones y Viedma, al regreso de su exilio ya en democracia, dio lugar de alguna manera al nacimiento del grupo de teatro social El Brote en Bariloche que ella misma fundó, dirige artísticamente y hoy cumple 28 años.
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