Aumentaron las consultas por consumo de cocaína en Bariloche
De 10 pedidos de asistencia, 7 corresponden a varones. Las mujeres suelen pedir ayuda para sus parejas o familiares.
El Centro de Prevención de Adicciones de Bariloche registró un aumento de consultas por consumo de cocaína en el último año. Los varones siguen siendo quienes más consultan; en tanto, cuando alguna mujer se comunica con la institución es para pedir asesoramiento para una pareja, un hermano, un hijo.
«Venimos viendo que aumentaron las consultas por situaciones de consumo de cocaína, creció la demanda de atención, pero eso no quiere decir que creció el consumo«, advirtió el trabajador social, Juan Manuel Cristiani, coordinador del Centro de Prevención de Adicciones.
Consideró que el aumento de la demanda puede obedecer a múltiples factores. Por un lado, la institución que depende del Municipio de Bariloche ya lleva 15 años de trabajo. Pero además, hoy muchas personas ya no acceden al sistema privado de salud y buscan ayuda en ámbitos públicos.
Respecto al sostenimiento de la demanda por parte de los varones que son los que más consultan, aclaró que las mujeres no suelen hacerlo por consumo propio sino por algún familiar o allegado. De cada 10 personas que concurren en busca de asistencia, 10 son hombres.
«La mujer históricamente ha asumido el rol de cuidado. Entonces, el consumo de las mujeres siempre estuvo algo más oculto. La cuestión del consumo está asociado al hombre y no a la mujer. No es un mundo habilitado para las mujeres«, planteó Cristiani y agregó que «siempre han sido más condenadas cuando consultan, más si son madres por el ‘riesgo’ que representan para sus hijos o ante el cuidado de sus padres. Entonces, además, se prioriza la atención para otros, no para ellas mismas».
El impacto del consumo de cocaína
Explicó que, desde un principio, las consultas por consumo de alcohol encabezan la atención. Todavía lo es. Solo que llama la atención de los especialistas el aumentos de casos por consumo de cocaína. «No hablamos de un sector particular. Pero sí hay una franja etarea que más consume, a partir de los 30 años», señaló.
Si bien desde el equipo registran distintos estadios en el consumo de cocaína, por lo general, toman intervención cuando una persona estuvo internada en la guardia con una crisis aguda.
«Son situaciones límites y en este sentido, la guardia de salud puede contener, atender una crisis aguda. Otros se empiezan a hacer preguntas acerca de su consumo, no están conformes con cómo se sienten, o no pueden cortar el consumo que les trae una afectación física importante o alguna situación de violencia«, subrayó Cristiani.
¿Cómo impacta el consumo de cocaína? Aseguró que es difícil de determinar porque «depende de varios cuestiones», como el tipo de cocaína, los niveles de pureza, la periodicidad con que se consume y la motivación con que se consume.
«Hay personas que tienen un consumo vinculado a ‘lo recreativo’ y en algún momento se le va de las manos. Otros hacen un uso más asiduo diario o en la semana y no pueden cortarlo«, detalló aunque aclaró que «es complicado determinar qué afectaciones conlleva». «En términos generales, muchas veces, está vinculado a sostener un nivel de exigencia importante. Es un estimulante fuerte y eleva el nivel de alerta. Te mantiene en estado de vigilia. Muchas veces, está vinculado a la productividad. Y si bien en algún momento, resultó de utilidad, se puede complicar», esbozó.
Servicio de atención pública
La gente se comunica con el Centro de Prevención de Adicciones, principalmente a través del WhatsApp. «Quizás buscan en internet y encuentran que el municipio brinda este servicio. En estos 15 años, hemos logrado una articulación con muchas instituciones y de hecho, contamos con espacios de atención en los centros de salud para las personas que requieren atención«, dijo.
Mencionó que, desde el centro, se acompañan a las personas que tienen problemáticas vinculadas al consumo, realizando intervenciones en diferentes ámbitos.
«Hay personas que consultan y quieren un espacio para trabajar su problemática; hay otras en situación de calle o usuarios del Servicio de Salud Mental. Tratamos de que la persona pueda acceder al sistema de salud, que se haga preguntas sobre su consumo y que empiece los cuidados, volver a la escuela o revincular con familiares», expresó.
El equipo está conformado por 10 trabajadores, entre psicólogos, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales y operadores. «Arrancamos como una cuestión preventiva, con capacitaciones, charlas, talleres circunscriptos a las áreas de educación. Hoy además de sostener esos espacios, brindamos atención», señaló.
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