De Cipolletti a Alaska en una Kangoo: la pareja de contadores que dejó todo para lograr la meta
El emprendimiento viajero se llama "El Patio de Casa por América". La hazaña les conllevó 55.000 kilómetros a bordo de una camioneta que es mucho más que un vehículo: es su hogar.
Alejandra Morello de Picún Leufú e Ignacio “Nacho” Ruffa de Cipolletti tienen 36 años y viven en una casita sobre ruedas de 2×2 a la que llaman “La Chancha”. Son contadores públicos y se conocieron en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), donde se recibieron.
“Estuvimos dos años de novios hasta que Nacho me propuso la idea de viajar”, contó Alejandra. Las experiencias de sus amigos viajeros los incentivaron a dar el paso y empezaron a pensar en salir un año. Ella no estaba convencida al principio. En aquel entonces, tenían trabajo estable y buen pasar económico: él era empleado en un banco y ella en una empresa de servicios petroleros.
Tenían que hacerse de un vehículo acorde para el viaje que planeaban. No les alcanzaba para un motorhome y las alternativas no parecían viables. Finalmente, se inspiraron en unos chicos que hicieron el trayecto hasta Alaska en una Renault Kangoo, vehículo al cual sí podían acceder. Así fue que vendieron su “golcito” y con unos ahorros más, compraron una 0 kilómetro en 2017 y empezaron a adaptarla para la odisea.

Se subieron a la ruta con algunos ahorros para solventar un viaje hasta Perú y luego pensaban emplearse en hoteles o trabajar para ganar dinero. Algunos viajeros les enseñaron a hacer artesanías y los primeros dos años de viaje se solventaron con la venta de productos hechos a mano.
“Con Nacho empezamos a convivir en la Kangoo. Llevábamos cinco años de novios y empezamos a convivir ahí adentro”, ironizó la joven. Fue todo un reto, que les terminó enseñando de lo que eran capaces.
Salieron por primera vez a la aventura con la idea de conocer un “poquito más allá de lo que había frente a sus narices”. Estaban acostumbrados a trabajar y a la rutina, ambos venían de familias muy trabajadoras y solo se tomaban 15 días de vacaciones. Solo viajaban a destinos cercanos.

Ahora, no tienen casa propiamente dicha, viven viajando. Atrás quedó la vida anterior. “La Chancha es nuestra casita con ruedas, nuestro refugio, nuestro todo”, contó Alejandra. Su cuenta de viajeros es “El Patio de Casa por América”.
La pandemia los sorprendió en 2020 en Colombia y tuvieron que volver a sus casas pero sin la Chancha. La tuvieron que dejar parada en medio del continente. Volvieron a Cipolletti, buscaron trabajo en estudios contables porque no se podía viajar, pero apenas abrieron las fronteras retomaron su sueño.
“Volvimos a buscar la camioneta a Colombia ya con trabajo remoto por suerte”, contó la mujer. Así, en 2022 cruzaron América Central y en 2023 llegaron a Alaska como broche de oro.

Una de las anécdotas más felices de sus vidas fue la llegada a ese estado de Norteamérica. “Fue después de haber viajado durante cinco años y todo lo que pasó en el medio del viaje”, planteó. Significó todo un desafío. Volvieron a Cipolletti con la Kangoo llena de “marcas de guerra”: calcos con todas las banderitas que se ganó en el camino.
Dentro del trayecto, lo más complejo fue el cruce de Colombia a Panamá donde no hay carretera terrestre entonces la camioneta tuvo que cruzar en contenedor en un barco con costos altísimos. Fue difícil tomar la decisión, pero sin dudas lo más duro para ellos es tener lejos a la familia y los amigos.
«Hemos perdido seres queridos, atravesado enfermedades de familiares y cosas difíciles que cuando uno está lejos, lo siente mucho”, relató Alejandra.

Recorrieron en total 55.000 kilómetros hasta el polo norte. “Conocimos muchísimos lugares que jamás hubiésemos soñado poder conocer”, dijo. En noviembre de 2024 volvieron a Cipolletti y ahora ya están por El Chaltén.
Hace poco el kilometraje de La Chancha marcó 101.000 kilómetros, de los cuales 90.000 ya son de viaje. “Nunca nos imaginamos llegar tan lejos en la vida y todo se fue dando muy mágicamente”, contó Alejandra.
De la Patagonia, viajaron por toda la cordillera, pasaron de Trevelin a Futaleufú, Chile; fueron hasta Chile Chico y volvieron a entrar al país para llegar al glaciar Perito Moreno.

Por qué El Patio de Casa por América
La razón subyace en el fanatismo de Ignacio por el club Boca Juniors. “Escuchando una nota que le hacían a Román Riquelme, decía que La Bombonera era el patio de su casa, porque él iba todo el tiempo. Entonces Nacho dijo que para él, el Patio de casa era la Patagonia, porque cuando teníamos un día libre nos íbamos a San Martín, a Bariloche, a donde sea, a desconectar un poco de la ciudad. Y cuando emprendiéramos el viaje, América va a ser el patio de nuestra casa”, relató Alejandra.

Ellos se sienten identificados con el nombre. “Literal que abrimos las puertas de la Kangoo, que es nuestra casita y el patio es donde sea que estemos”, contó Alejandra.
“En este tiempo hemos creado una identidad con el viaje que nos hace sentir súper felices. Somos los chicos del patio y la verdad que entre los viajeros ya nos conocemos, somos conocidos por ese nombre”, advirtió.
Próximos proyectos
¿Seguir viajando? ¿Volver y echar raíces? ¿Constuir una casa?. Todavía no lo saben. Están entregados al destino. «En caso de querer seguir viajando, obviamente tenemos que invertir en algo más grande», reconoció Alejandra.
«Ninguno de los dos tiene casa, entonces también está la posibilidad de pensar en hacer alguna casita, o buscar la forma de construir, son proyectos grandes, a largo plazo», cerró la viajera.
Alejandra Morello de Picún Leufú e Ignacio “Nacho” Ruffa de Cipolletti tienen 36 años y viven en una casita sobre ruedas de 2x2 a la que llaman “La Chancha”. Son contadores públicos y se conocieron en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), donde se recibieron.
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