De Bariloche al mundo: el 60% de los radioisótopos usados en salud del planeta se producirán en reactores de Invap
La empresa de alta tecnología, con sede en Bariloche, diseñó y construyó reactores para Argentina, Argelia, Australia y Egipto.
Más del 60% de los radioisótopos utilizados en la salud en todo el mundo se producirán en reactores diseñados en Argentina, a través de los proyectos de Invap. Se trata de insumos claves para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades complejas.
Hasta el momento, la empresa de alta tecnología, con sede en Bariloche, diseñó y construyó reactores para Argentina, Argelia, Australia y Egipto. Pero en este momento, cuenta con tres proyectos en ejecución que cambiarán el mapa de la producción de radioisótopos a nivel mundial. Por un lado, el Pallas, un reactor para Países Bajos destinado a producir gran cantidad de radioisótopos médicos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, el Reactor Multipropósito Brasileiro (RMB) y el RA-10 en Argentina, codiseñado con la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea).
«Cuando esos tres reactores entren en operación, el 60% de los radioisótopos producidos y utilizados en el mundo van a tener su origen en reactores diseñados y construidos por Argentina», señaló la ingeniera nuclear Verónica Garea, gerenta de Relaciones Institucionales y Estratégicas de Invap y presidenta de la Fundación Invap.

El desafío de exportar radioisótopos
Hoy el principal productor de radioisótopos es la Unión Europea, seguida por Estados Unidos y Sudáfrica. Pero los tres reactores que están en ejecución desde Argentina, aseguró Garea, «van a cambiar el mapa de producción a nivel mundial». Y uno de esos tres reactores operará en Argentina.
«La tecnología de producción de radioisótopos ha sido desarrollada por la Cnea. Invap la tomó y capitalizó en sus proyectos de la mano de la Cnea. Entonces, es en realidad, una exportación de país. Lo interesante es que si bien nosotros vamos a tener uno de los reactores que produce radioisótopos, si miramos el mapa mundial, el 60% va a estar producidos en reactores de origen argentino», manifestó.
En este momento, Argentina se abastece de radioisótopos que son producidos por el RA-3 en el Centro Atómico Ezeiza, «en una cantidad interesante para el uso del país». Pero con el RA-10 que está en construcción en esa institución, el objetivo apunta a generar un saldo exportable.

En octubre del 2024, la Cnea inició un proceso en tres etapas para aumentar su producción de radioisótopos a fin de obtener un excedente para la exportación. «Con el RA-10 la producción va a aumentar muchísimo. Es un reactor de altos niveles de potencia: el RA-3 es un reactor de unos pocos megavatios, mientras que el RA-10 es de 30 megavatios. O sea, es un salto de potencia importante, un salto de nivel de producción importante», definió Garea.
Profesionales de Invap por el mundo entero
A diferencia de los satélites que se construyen en Bariloche y se envían al país destinatario, los reactores se llevan adelante en el mismo lugar donde se usarán. «El reactor se coloca adentro de un encofrado de hormigón pesado. Lo que nosotros hacemos en Bariloche, en Argentina, es diseñar y fabricar las piezas que después se van a armar como una especie de rompecabezas en el país de destino. Es decir, llevás los componentes y se arman en el lugar donde vas a construir el reactor», señaló.
Recalcó que en este momento, disponen de dos proyectos en etapa de construcción y puesta en marcha: el Pallas y el Reactor de Investigación de Baja Potencia (LPRR), de investigación, en Arabia Saudita. «Será el primer reactor nuclear que habrá en Arabia Saudita. Es un reactor de formación de recursos humanos, más que nada como el RA-6. Es chiquito, de baja potencia, pero es el primer reactor que tiene Arabia Saudita y es todo un hito porque el país se vuelve nuclear», destacó.

De esta forma, Invap cuenta con un equipo de profesionales trabajando en Arabia Saudita, en Países Bajos y en Argelia (el reactor NUR se exportó en 1989, convirtiéndose en la primera exportación de Invap, pero en este momento, se realizan algunas «modernizaciones, como ampliaciones de seguridad»).
¿Para qué se usan los reactores?
¿Qué tipo de reactores construye Invap? Se llaman reactores multipropósitos y según explicó Garea, se diferencian de los reactores de potencia. «Cuando se produce la fisión nuclear, se producen dos cosas: se libera energía en forma de calor y se liberan neutrones. Se puede aprovechar la energía y producir electricidad o podés aprovechar los neutrones para hacer investigación o producción de radioisótopos o de silicio dopado, un material que se usa en la electrónica», puntualizó.
Recalcó que «los neutrones, por ejemplo, permiten mirar adentro de los materiales con mucha más facilidad que otras radiaciones, porque no tienen carga. Tienen propiedades que son interesantes y dejan mirar detalles que otros mecanismos no permiten. También se usan para hacer experimentos de física de neutrones y esos neutrones, al ser absorbidos por materiales, los vuelven radiactivos».

Estos materiales radioactivos se usan en salud, para diagnóstico y para tratamiento de enfermedades complejas. Pero las aplicaciones son de lo más variadas. «Se usan en investigación clínica y biológica. En la industria, por ejemplo, para examinar soldaduras en oleoductos, gasoductos. Se usan en agricultura, para investigar cuál es la dinámica que tiene el riego en un terreno», detalló. Se usan también para esterilizar materiales, para esterilizar comida o alargar los tiempos de las hortalizas y de algunas frutas para transportarlas.
El primer reactor, en 1986
El primer reactor de Argentina fue el RA-1 que se puso en marcha en 1958. El RA-6 fue el primero «enteramente argentino», con todos los sistemas diseñados y construidos en el país, menos el combustible. Nació a fines de los años 70 y se puso en marcha en 1982. En ese momento, contó Garea, la Comisión Nacional de Energía Atómica requería de un reactor para la reciente carrera de ingeniería nuclear. «Había dos opciones: había un reactor que estaba muy de moda que lo vendía una empresa de Estados Unidos a un precio muy económico porque desde ese país, querían promover ese reactor en todo el mundo. Argentina se planteó: ‘¿Vamos a comprar un reactor o lo vamos a hacer acá?’. Entonces, se armó una alianza entre la Cnea e Invap», señaló.
La carrera a partir de ahí fue maratónica porque ya en 1989, se exportó el NUR a Argelia, un reactor muy similar al RA-6. «Si en ese primer momento, no se hubiera tomado esa decisión, cabe preguntar si podríamos llegar al 60% de los radioisótopos producidos en reactores de origen argentino«, esgrimió.
Invap factura alrededor de 200 millones de dólares por año y si bien el porcentaje correspondiente a la exportación varía en función de los proyectos, en este momento promedia el 40%.
Hoy Invap lidera el mercado de construcción de reactores de investigación, junto con Corea, Rusia y Francia. Y Garea plantea dos cuestiones que posicionan a la empresa rionegrina como líder en el mercado internacional: «Somos una empresa que provee un reactor diseñado según las necesidades de cada cliente. El cliente define el uso que le va a dar a su reactor y nosotros lo diseñamos a medida. Eso nos hace diferentes al resto de los proveedores».
Por otro lado, agregó, «no le tienen miedo a la transferencia de tecnología. Con la tecnología, siempre hay que estar moviéndose para avanzar. No hay problema en transferir tecnología, no estás creando un competidor» porque, argumentó, «lo que se está haciendo es mejorar la utilización de ese reactor».
Más del 60% de los radioisótopos utilizados en la salud en todo el mundo se producirán en reactores diseñados en Argentina, a través de los proyectos de Invap. Se trata de insumos claves para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades complejas.
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