Incendios forestales: el impulsor del Splif en Río Negro propone armar brigadas de investigación sobre las causas
Ya retirado, Roberto Molina lanzó un Manual de Introducción a la Investigación de Causas de Incendios Forestales. El libro contiene 200 páginas, varios croquis y fotografías.
En medio de una temporada estival compleja con el incendio forestal que afecta el sur del parque Nahuel Huapi desde el 25 de diciembre y otro desatado en Epuyén que quemó 110 viviendas en apenas unas pocas horas, Roberto Molina, uno de los impulsores del Servicio Provincial de Lucha contra los Incendios Forestales (Splif), lanzó un Manual de Introducción a la Investigación de Causas de Incendios Forestales. El libro contiene 200 páginas, varios croquis y fotografías.
Molina tiene 72 años y fue el impulsor de una brigada de incendios forestales en El Bolsón allá por 1979, junto a Felipe Ivandic, del Instituto Forestal Nacional, y Eric van Konijnenburg, director de Bosques de esa localidad. De esta forma, nació el primer dispositivo de protección contra incendios forestales del Estado Provincial.
En 1988 desembarcó en Bariloche para replicar el programa y armar una nueva central que se inauguró dos años después. Molina se retiró en 2005 cuando decidió regresar a su pueblo, General Roca.

Recordó los difíciles inicios del Splif «sin personal«: «Hoy ese proceso llegó a un punto de maduración y el organismo cuenta con recursos y centrales -El Bolsón, Bariloche y Conesa, con subcentrales en El Manso, El Foyel y Valle Medio, cubriendo gran parte de la provincia-, pero surgen otras necesidades que no tienen que ver con recursos y equipos sino con la prevención«.
Durante esos primeros años, consideró, el abordaje del incendio forestal en el cerro Catedral en 1996 fue complejo por la magnitud del fuego y la escasez de presupuesto, personal y equipo. «Marcó un quiebre porque fue ahí cuando se enteraron que no teníamos recursos: apenas 13 combatientes y dos vehículos (un camión modelo 57 y 65). Gracias a la cobertura mediática, vino la ministra de Ambiente María Julia Alsogaray, se creó el Plan Nacional de Manejo del Fuego y se reglamentó la ley del Splif», recordó.
En 2001, Molina realizó un curso de la Universidad de Zaragoza, en España, gracias al aporte de las juntas vecinales del oeste de Bariloche. «Cuando se enteraron que me habían ofrecido participar en un curso en España y les dije que no tenía recursos económicos para viajar, aparecieron con los tickets de ida y vuelta. En devolución a esa capacitación, comencé a trabajar en la prevención a partir de la capacitación», señaló.

Molina consideró que, por lo general, los incendios forestales «quedan en la nada» ya que no se realizan peritajes, excepto en los casos donde se registra alguna víctima fatal. «La policía y el Poder Judicial investigan por qué se producen, pero debemos darles herramientas técnicas propias de la investigación de causas. Hay que determinar cómo se inició cada uno de estos siniestros, si no se hace un minucioso trabajo por parte de las brigadas de investigación de causas, por lo general todo termina con algún mero informe con una hipótesis«, dijo.
Subrayó la necesidad de organizar pequeñas brigadas en cada central, conformadas por dos integrantes encargados de determinar la causa del incendio. En este sentido, aseguró, el manual contiene el protocolo para llevarlo a cabo desde el perímetro al pinto de inicio.
Resaltó que a medida que el tiempo pasa, «se borran todas las evidencias. Lo cierto es que se apaga el incendio, nos vamos todos a casa y a medida que pasan los días, el viento y la lluvia van borrando todo».
Países como Portugal, España, Chile, Estados Unidos y Canadá, aclaró, cuentan con brigadas de estas características. «Usan un método científico de evidencias físicas. El fuego va dejando marcas en los árboles, alambrados, piedras«, dijo.
Prevenir no solo en verano
Molina planteó la necesidad de cambiar el paradigma de que los incendios deben prevenirse solo en el verano. Recalcó la necesidad de trabajar en el invierno al término de la temporada, cuando baja la temperatura, hay menos viento e inclusive, nieve. «Necesitamos que la gente que vive en zona de Interfaz se involucre más y pueda autoprotegerse con la poda de árboles alrededor de su casa, limpiar las chimeneas y las bajadas de agua, parquizar alrededor de la casa. Bariloche cuenta con un plan de protección que debe poner en marcha ya que prevé evacuaciones en caso de grandes riesgos. La prioridad es ‘primero la vida; segundo, los bienes y tercero, el bosque‘”.
Mencionó el reciente incendio forestal en Los Ángeles, California que provocó la muerte de 28 personas, la destrucción de al menos 12.845 estructuras y la quema de 16.470 hectáreas, según un informe del Departamento de Silvicultura y Protección Contra Incendios de Estados Unidos. «Hubo víctimas fatales, pero evacuaron 180 mil personas. Se quemaron muchas estructuras, pero fue bajo el índice de personas afectadas y muertas», advirtió Molina.

Puso como ejemplo el incendio que azotó el 9 de marzo de 2021 a Las Golondrinas que afectó 605 viviendas. «La sociedad todavía no sabe cómo se produjo el incendio. Pero lo cierto es que no hay una planificación de las urbanizaciones dentro de un bosque, con asesoramiento técnico», dijo.
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