Murió el australiano que le salvó la vida a más de dos millones de bebés
Cuando este integrante de la Cruz Roja comenzó a donar sangre, descubrieron en su sangre un anticuerpo raro conocido como Anti-D, que permitió desarrollar un tratamiento para prevenir la enfermedad hemolítica del recién nacido.
A los 88 años, murió James Harrison, el integrante de la Cruz Roja Australiana que salvó con su sangre la vida de más de 2,4 millones de bebés. Su última donación la hizo a los 81 años.
El hombre murió mientras dormía en un hogar de ancianos en Nueva Gales del Sur, en Australia.
La sangre de Harrison tenía una característica única: un anticuerpo raro conocido como Anti-D, que permitió desarrollar un tratamiento para prevenir la enfermedad hemolítica del recién nacido.
Esta condición puede ser mortal. Sucede cuando la sangre de una madre con factor RH negativo es incompatible con la de su bebé, lo que provoca que el sistema inmunológico de la madre ataque los glóbulos rojos del feto. Sin embargo, el plasma de Harrison fue clave para la creación de la inyección Anti-D, utilizada desde 1967 para proteger a los recién nacidos en riesgo.
Cuando tenía 14 años, Harrison fue sometido a una cirugía de tórax que requirió la extirpación de un pulmón. Durante el procedimiento, recibió 13 unidades de sangre que le salvó la vida. En una entrevista con la CNN, contó que su padre fue quien le explicó que esas transfusiones fueron posibles gracias a donantes anónimos. Ese gesto marcó al joven.
A los 18 años, ya mayor de edad, Harrison comenzó a donar sangre regularmente a través del Servicio de Sangre de la Cruz Roja Australiana. De pronto, los médicos descubrieron que su sangre contenía el anticuerpo Anti-D. El hallazgo fue crucial para combatir la enfermedad hemolítica que, hasta 1967 causaba la muerte de miles de bebés cada año en Australia.
Tras el descubrimiento del anticuerpo en la sangre de Harrison, los investigadores desarrollaron la inyección Anti-D, que se administra a mujeres embarazadas con riesgo de incompatibilidad sanguínea. La primera dosis se aplicó en 1967 en el Royal Prince Alfred Hospital. Desde entonces, el plasma de Harrison se utilizó para producir millones de dosis de este tratamiento, beneficiando a aproximadamente el 17% de las mujeres embarazadas en Australia.
Según la Cruz Roja Australiana, más de 2 millones de bebés nacieron sanos gracias a las más de 1.000 donaciones de plasma de Harrison. El hombre realizó un total de 1.173 donaciones de sangre y, de hecho, ganó un lugar en el Libro Guinness de los Récords en 2003.
En su última donación, con 81 años, la hija recibió una inyección Anti-D en 1992, que permitió que su hijo naciera sano.
Los especialistas recalcaron que tras la muerte de Harrison, será difícil encontrar un reemplazo con su condición y su nivel de compromiso.
A los 88 años, murió James Harrison, el integrante de la Cruz Roja Australiana que salvó con su sangre la vida de más de 2,4 millones de bebés. Su última donación la hizo a los 81 años.
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