Incendios en la Patagonia: habla Nicolás Heredia, un detenido sin pruebas
La botella con nafta por la que lo acusaban no tenía sus huellas dactilares. Desde Senillosa cuenta los 23 días que estuvo detenido.
«Ahora estoy un poco mejor», dice Nicolás Heredia. El viernes pasado, cerca de las 18, recuperó su libertad en Bariloche. Estuvo 23 días encerrado. Preso. Acusado, sin pruebas, de haber iniciado uno de los focos de incendio en Mallín Ahogado.
Ahora está en su casa, en Senillosa, Neuquén. La que comparte con hermanos. Antes de ser encarcelado hacía changas en la construcción. Así juntó plata para irse de vacaciones a El Bolsón. «Quería conocer las montañas«, cuenta, «quería ver algo que tenemos acá en la Patagonia». Allá paró en el camping El Rústico. Eran los primeros días de febrero y se sumó a colaborar para apagar los focos de incendio que había en la zona.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck y el intendente Bruno Pogliano durante aquellos días eran insistentes: aseguraban que el incendio había sido intencional y que encerrarían a los culpables.
«Yo anda ayudando» insiste, «habíamos quedamos con un grupo de personas que nos juntábamos a las nueve de la mañana para seguir con las tareas para apagar el incendio. Yo les dije: llevo comida y agua, porque el día anterior habíamos pasado hambre«.
Para el 5 de febrero el incendio ya tenía cerca de una semana con distintos focos activos. «Cuando llego al arroyo me pongo a sacar fotos», cuenta, «y se acercan unos chicos y me dicen que no podía estar ahí y que me retire. Ahí apareció un hombre en una camioneta que me dice vení flaco, yo te llevo arriba». Lo que Nicolás Heredia creyó que era un aventón al lugar donde se encontraría con el grupo para sofocar el incendio, terminó siendo un engaño: «Cuando llegamos a Wharton me detienen. Aparecen más personas y empiezan a decir que yo había tirado una botella. Ahí nomás llegó criminalística. Como me quieren linchar, me meten en la camioneta y me trasladan a la comisaría El Bolsón».
Ahí, apenas llega, le preguntan: «¿Vos sos el que anda prendido fuego los bosques? No, yo soy voluntario», contestó.
Afuera de la comisaría: una multitud pedía su liberación y la de dos personas más que estaban en la misma situación. «Son voluntarios y civiles que están ayudando a apagar el fuego», aseguraban.
A Nicolás Heredia lo sacaron encapuchado. Cuando se quiso dar cuenta estaba en la Comisaría de Dina Huapi. En total eran tres personas las acusadas de provocar los incendios. Esa noche, durmió ahí. En la siguiente, recién, le acercaron un colchón. «No podés estar acá», le dijeron y lo subieron de nuevo a una camioneta. «Cuando me bajan pregunto ¿Dónde estoy? Y me dicen en el penal de Bariloche».
“Adentro me dieron unos golpes”, cuenta, aunque asegura que le dijeron que “eran normales”. Ahí dentro vio de todo: a un interno que se auto lesionó, otro que le quiso pegar y otros que le sugirieron que haga una huelga de hambre para que le den una respuesta.
Su detención no duró lo mismo que la de los de otros acusados. Por eso, Nelson Vigueras, el abogado defensor, presentó pedidos para su liberación. En cada una de las audiencias insistió en que no había pruebas para mantenerlo preso. Lo hizo frente al juez Ricardo Calcagno el 7 de febrero cuando el magistrado acreditó la formulación de cargos por el delito de «incendio en grado de tentativa» y avaló el pedido de la fiscalía, a cargo de Francisco Arrién y Martín Lozada, y solicitó la prisión preventiva por un mes.
También lo hizo el viernes pasado, cuando insistió una vez más. En la audiencia aseguró que los resultados de las pruebas científicas realizadas en una botella de líquido inflamable que se le adjudica a Heredia, determinaron que no existían huellas digitales que lo incriminen. Y, además, que en los análisis sobre unas manchas detectadas en su mochila no se encontraron rastros de líquido inflamable.
El juez de Garantías Juan Pablo Laurence, hizo lugar a la Defensa y modificó la medida cautelar. Sigue imputado, aunque le permitió regresar a su domicilio.
Ahora, cada 15 días tiene que notificarse en una comisaría. La madre le sugirió que vaya al psicólogo, porque desde el 5 de febrero no duerme bien. “Ahí adentro, vi cosas feas”, dice. Tiene en sus planes presentar una demanda por lo que le hicieron. “No quiero”, cierra, “que suceda de nuevo”.
"Ahora estoy un poco mejor", dice Nicolás Heredia. El viernes pasado, cerca de las 18, recuperó su libertad en Bariloche. Estuvo 23 días encerrado. Preso. Acusado, sin pruebas, de haber iniciado uno de los focos de incendio en Mallín Ahogado.
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