Páginas de Neuquén: La cobardía de atacar por la espalda
Ocurrió en mayo de 1916 y es por todos conocida como la “Matanza de Zainuco”. Evadidos de la cárcel U9 fueron ultimados cuando bebían agua de una laguna. Ya se habían rendido.
La historia de aquellos 86 presos que en los inicios de la capital de Neuquén protagonizaron la fuga histórica de la cárcel U9 del Territorio. Se dividieron en dos grupos intentando escapar hacia el oeste provincial. El final es por todos conocido.

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Pero hay un dato que debe ser recordado una y otra vez. Porque no fue una rebelión caprichosa y la metodología que utilizaron las autoridades locales para castigarlos por infringir las leyes internas no fue sin duda la mejor, ni la más justa, ni la más ajustada a derecho.
Fue un 24 de mayo de 1916 cuando un grupo de presos alojados en las precarias instalaciones de la cárcel U9 del Territorio resolvieron revelarse por las condiciones inhumanas que debían padecer a diario.
La capacidad de la prisión estaba “detonada”. Había unos 172 presos hacinados, enfermos y mal alimentados. “Solo doce guardias eran los encargados de la seguridad del establecimiento.
«Pasadas las 7 de la tarde del 23, comenzaron los problemas dentro del penal. El sargento Blum no acató las órdenes diarias de aseo y los presos dieron inicio al plan de evasión”, recuerda una crónica que rescató el portal digital masnequén.com. ar.
Allí comenzó la historia. Tomando como rehenes a los guardacárcel lograron ingresar al depósito de municiones y tomar las armas que allí se encontraban. Lograron traspasar las débiles fronteras de seguridad con las que contaba por aquel entonces la U9.
Cruzaron los médanos de la capital neuquina y como la policía ya había iniciado la persecución, resolvieron dividirse en pequeños grupos con destinos diferentes. Algunos escaparon hacia el noroeste y fueron capturados en Vista Alegre, otros pretendían llegar a Santa Cruz pero fueron atrapados en El Cuy.
El tercer grupo ansiaba poder llegar a la frontera con Chile pero su final lo encontraron el Zainuco.
Fueron al menos cinco días de fuga y asaltos a comercios para proveerse de alimentos, bebidas y dinero. Al llegar a El Chocón el grupo se dividió en dos, los que resolvieron seguir camino se dirigieron hacia Pampa de Lonco Luán, en el paraje del valle Zainuco. Estaban a un paso de la libertad pero no lo lograron.
El 30 de mayo, a la madrugada, la policía tenía rodeado el rancho donde esperaban que la noche pasara. Hubo un enfrentamiento feroz. El líder del grupo, Sixto Ruíz Díaz, cayó muerto por un tiro certero en la sien. Frente a esto, sus compañeros decidieron rendirse frente a la fuerza policial.
Fue una tregua que no fue tal. Una vez arrestados, a los reos se les permitió arrimarse a una laguna para hidratarse antes de emprender el viaje de regreso a la cárcel del Territorio. Todos en cuclillas, bebiendo agua, fueron ultimados de disparos por la espalda. Nada más cobarde.
La historia de aquellos 86 presos que en los inicios de la capital de Neuquén protagonizaron la fuga histórica de la cárcel U9 del Territorio. Se dividieron en dos grupos intentando escapar hacia el oeste provincial. El final es por todos conocido.
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