Cada vez más gente duerme en la calle en Bariloche

Desde el municipio aseguran que son artistas que vienen a trabajar por el verano y se terminan quedando en la ciudad. En el hogar Emaús, hay personas que no consiguen alquiler.

La imagen de personas durmiendo a la intemperie con temperaturas cada vez más bajas ya no corresponde a Buenos Aires o las grandes ciudades del país. Bariloche presenta, al menos, una decena de casos que se pueden localizar en los jardines de la Catedral, en los cajeros de varios bancos y hasta debajo de los arcos del emblemático Centro Cívico.

Colchones en algunos casos; pero en su gran mayoría, bolsas de dormir sobre cartones. En todos los casos, temperaturas bajo cero y heladas matutinas.

“Son contados, pero lo cierto es que cada vez viene más gente a vivir a Bariloche. Muchos vienen con trabajo, pero sin alquiler. Es algo nuevo para nosotros”, admitió Jorge Linquimán, coordinador del Hogar Emaús, dedicado a atender a las personas en situación de calle desde hace 15 años.

La grave crisis habitacional se agudizó en el último tiempo en Bariloche y muchas personas son empujadas a la calle ante la imposibilidad de alquilar una vivienda. Lo mismo sucede con muchos de los que deciden radicarse en Bariloche.

En el último tiempo, el perfil de Emaús cambió drásticamente en relación al momento en que se conformó. Hasta hace poco, se recibía a gente grande, con problemas de adicciones y vínculos familiares quebrados. Por lo general, eran personas con años en situación de calle.

Hoy, en cambio, la mayoría son jóvenes de 20 a 30 años en busca de trabajo. La necesidad los obliga a buscar un lugar donde dormir. Emaús se volvió un termómetro de la situación social cada vez más compleja.

Plazos que se extienden

Esta institución recibe un promedio de 40 personas por día cuando, hasta hace poco tiempo atrás, ese número no llegaba a 35. Sucede que el frío otoñal atrae a la gente hacia un lugar calefaccionado y a un plato de comida.

“Desde hace meses notamos que se acerca mucha gente que viene a Bariloche pensando que tiene todo resuelto, pero no consigue alquiler. Esto se va acentuando. Antes venían, pero en seguida conseguían una piecita. Ya no sucede”, señaló Linquiman.

Emaús es un hogar de tránsito, pero ante la falta de alquileres, en muchos casos, los plazos de estadía se van extendiendo.

El dato

14
operadores tiene el hogar Emaús, a los que se suman otros 7 que integran los equipos de calle.

Cada día, a partir de las 17.30, la gente comienza a llegar al hogar hasta las 8 de la mañana siguiente. Muchos se van a trabajar y otros salen en busca de algún empleo. Al regreso, participan de talleres de murga, fieltro, yoga, pintura, dibujo y cuero.

Algunos meses atrás, los operadores de Emaús instalaron una “ducha móvil”, en Beschtedt y Gallardo, que funciona los lunes y viernes de 10 a 12. “Es como una casilla rodante para la gente que no asiste a Emaús donde además pueden cambiarse la ropa. Hay un operador. El lema es ducha, trámites y una café calentito”, expresó Linquiman.

Trabajos por el verano

Al consultar al secretario de Desarrollo Humano de Bariloche, Juan Pablo Ferrari, sobre quienes hoy duermen a la intemperie en la ciudad, aseguró que “no es gente de la ciudad”.

“El equipo de calle ya hizo un relevamiento y de todas las entrevistas, surge que hay muchos artistas callejeros, muchos malabaristas que vienen por la temporada de verano. Como todavía el clima no se puso bravo y acá hacen más diferencia que en otras ciudades, todavía no se fueron”, indicó Ferrari.

Aseguró que esas personas se niegan a ingresar a los refugios “por las normas de convivencia, los horarios y porque no se pueden consumir sustancias ni alcohol”. La condición es portarse bien.

“Mucha gente desconoce la situación de Bariloche a nivel climático. No es lo mismo un invierno a la intemperie en Buenos Aires que acá. En este caso, se quedaron porque el invierno se atrasó un poco más”, advirtió el funcionario.

El dato oscuro

Mónica Larrañaga, secretaria de Acompañamiento y Protección Social de Río Negro, calificó como “oscuro” el dato de las personas que duermen en la calle. “Hay una altísima heterogeneidad y convergen muchas problemáticas. Si miramos en el Alto Valle, hay muchos trabajadores golondrinas que quedaron varados; en las zonas turísticas encontramos personas que fueron con la expectativa de encontrar trabajo, pero no lo consiguieron y no se pudieron volver. Hay una variedad de situaciones”, detalló la funcionaria del Ministerio de Desarrollo Humano.

Consideró que la permanencia en la calle se da “por múltiples razones”. “Puede haber una situación de vulnerabilidad, consumo problemático o salud mental. Cuando se ve a una persona en la calle, solo se piensa que no tiene techo y no es así”, planteó.

Dijo que las intervenciones son complejas y requieren una articulación con los municipios y asociaciones civiles. “Cada situación requiere un abordaje distinto. Es una tarea artesanal. No siempre lo que se pone en juego son los recursos económicos. Debe haber acompañamiento del voluntariado”, mencionó.

El esquema del hogar Emaús se replica en Río Negro

A comienzos de abril, el gobierno nacional aprobó la reglamentación de la ley que garantiza los derechos humanos de las personas “en situación de calle y familias sin techo”.

Si bien la iniciativa fue aprobada por el Congreso en diciembre de 2021, la reglamentación llegó luego de la muerte de una beba de seis meses que dormía junto a su familia a metros de la Casa Rosada. Y a días de que el Indec anunciara un 39,2% de pobreza y un 8.1% de indigencia en el segundo semestre del año pasado.

La norma tiene como objetivo proteger y garantizar los derechos humanos de las “personas en situación de calle y en riesgo a la situación de calle” de todo el país. Considera que este grupo “necesita mayor atención por parte del Estado” ya que su “vulnerabilidad social extrema” implica riesgos para su vida.
“Vivir en situación de calle es el resultado de una condición forzada por la ausencia de políticas públicas preventivas”, especifica la norma.

El 24 de noviembre del año pasado, Río Negro sancionó la ley provincial 5614 para crear un sistema de protección de derechos de personas en situación de calle. Se tomó como ejemplo el funcionamiento del hogar Emaús en Bariloche que ya fue replicado en El Bolsón.

En Roca también se habilitó un refugio que depende del gobierno provincial y ya anunciaron la apertura de otro con un esquema similar en Viedma.


La imagen de personas durmiendo a la intemperie con temperaturas cada vez más bajas ya no corresponde a Buenos Aires o las grandes ciudades del país. Bariloche presenta, al menos, una decena de casos que se pueden localizar en los jardines de la Catedral, en los cajeros de varios bancos y hasta debajo de los arcos del emblemático Centro Cívico.

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