Ayuda a recuperar fuerza y calma el dolor: la kinesiología es clave para pacientes con cáncer

Se recomienda antes, durante y después del tratamiento para mejorar la calidad de vida.

A Andrés Patelepen le diagnosticaron cáncer de próstata en 2018 en Buenos Aires. Tras una mala experiencia con el tratamiento, decidió radicarse en Bariloche tres años atrás, donde además vivía su hija. En la Fundación Intecnus, lleva adelante el tratamiento y le detectaron además cáncer en las cuerdas vocales.

“Me aplicaron rayos y como el cáncer continuó, me operaron y me sacaron las cuerdas vocales. En ese momento, me aconsejaron hacer rehabilitación que me ayudó a respirar, algo que me estaba costando”, relató este hombre de 75 años que, desde hace dos meses, lleva adelante un programa de kinesiología oncológica consistente en cinta, bicicleta y ejercicios de recuperación muscular.

“El mayor problema -agregó- era que tenía mucha tos. Ahora ya casi no tengo. La kinesiología me ayudó a reforzar los músculos de la respiración. La voz no la voy a recuperar. Eso está claro. Pero me siento bien”.

La kinesiología cardiorrespiratoria arrastra 70 años de historia, pero ha ido creciendo gradualmente y abordando patologías que antes eran impensadas. Desde hace cuatro años, la Fundación Intecnus puso en marcha un programa de kinesiología para los pacientes con cáncer.

El sedentarismo genera un espiral de desacondicionamiento que altera la calidad de vida. Foto: Marcelo Martínez

“Por lo general, cuando se habla de recuperación oncológica se habla de linfedema, de dolor, de dificultad motriz. Nosotros ponemos el acento en la rehabilitación global del paciente para que mejore su disnea -dificultad para respirar-, su calidad de vida, su ánimo, sueño, alimentación y dolor”, sintetizó el kinesiólogo Enrique Santillán, coordinador del área de rehabilitación cardiorrespiratoria de Intecnus, la entidad que opera y administra el Centro Integral de Medicina Nuclear y Radioterapia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), en Bariloche.

El número de supervivientes de cáncer crece constantemente por los avances diagnósticos y terapéuticos. Se estima que dos tercios de los pacientes alcanzarán la categoría de “largos supervivientes”.

El diagnóstico de cáncer y los tratamientos implican un deterioro de la salud cardiovascular y múltiples efectos adversos. Se comprobó que la práctica regular de ejercicio aeróbico y de resistencia es ideal para los pacientes que atraviesan este tipo de tratamientos.

Se vieron beneficios para pacientes quirúrgicos y posquirúrgicos, reduce los factores de riesgo y facilita la recuperación”, señaló Santillán.

El origen de la kinesiología que beneficia a los pacientes con cáncer

La kinesiología nació, recordó el especialista, con la poliomielitis y en 1985, con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc). Poco a poco, fue derivando hacia otras patologías.

Es beneficiosa para todo aquel paciente que tiene fatiga y recibe un tratamiento crónico asociado a enfermedades respiratorias, cardíacas, metabólicas o de obesidad -incluso Covid-”, acotó. Recalcó que también hoy contempla las “fatigas por la vejez” cuando se registran dolencias, los movimientos disminuyen y aumenta la fatiga.

“El sedentarismo genera un espiral de desacondicionamiento que altera la calidad de vida. Desde ese enfoque, desde hace 4 años en Intecnus empezamos a aplicar este tipo de tratamiento en pacientes oncológicos”, comentó Santillán.

Mencionó que si bien “desde siempre se hizo rehabilitación oncológica, no tenía objetivos muy claros. Si una paciente tenía un linfedema (hinchazón crónica que se produce cuando se acumula líquido linfático en los tejidos del cuerpo) concurría a un especialista que lo resuelva. Un paciente oncológico con problemas respiratorios trataba puntualmente ese problema. O si tenía dolor, buscaba a alguien que le resuelva el dolor. Lo que planteamos es una mirada más integral de rehabilitación”.

La rehabilitación es conveniente antes del tratamiento, durante y después. La prehabilitación transcurre entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento ya sea cirugía o quimioterapia. Prepara al paciente físicamente, pero además disminuye las complicaciones posoperatorias y mejora la recuperación funcional.

“Es la fase prequirúrgica en la que se hace un acondicionamiento físico del paciente que impacta de distintas maneras en la parte cardiorrespiratoria. Hace que el paciente se sienta mejor y duerma mejor”, puntualizó Santillán.

Al dormir mejor, agregó, mejora su memoria y su estado de ánimo. Con el entrenamiento gana fuerza, elasticidad, disminuye el dolor y mejora su calidad de vida.

El programa continúa durante el tratamiento de quimioterapia o radioterapia hasta que el paciente accede al alta.

“La rehabilitación cardiorrespiratoria entrena la parte aeróbica y el fortalecimiento muscular con ejercicios funcionales. Pero además, ofrecemos pileta a quienes no pueden llevar adelante una rehabilitación en el gimnasio. Y danza terapia que ayuda a que el paciente vuelva a identificarse con su cuerpo, a reconocerse y ganar flexibilidad”, definió Santillán.

Kinesiología en paciente oncológicos: un trabajo individualizado

El entrenamiento aeróbico dura entre 30 y 40 minutos, tres veces por semana y es acompañado de otros 40 minutos de entrenamiento funcional para mejorar la fuerza, la resistencia y la elasticidad del cuerpo.

Cada paciente, detalló Santillán, se evalúa en función de su diagnóstico y de su estatus físico. Se analiza su resistencia y su fuerza. Entonces, se establece un plan de trabajo aeróbico en bicicleta o caminador. Si hay dificultad motriz, la derivación es a la pileta.

“Se miden siempre los signos vitales y en todo momento, hay un intercambio, un diálogo. En base a la respuesta cardíaca, se ajusta el plan de trabajo para que tenga un impacto positivo en el paciente”, recalcó y aclaró: “Hay días en que el paciente no puede trabajar por algún motivo, entonces el ejercicio se ajusta a sus posibilidades”.

A medida que se van produciendo cambios y hay una evolución, el ejercicio se va adaptando, aumentándose los tiempos y la carga de trabajo. “Los efectos de la rehabilitación cardiorrespiratoria tiene un nivel de evidencia alto: si el paciente hace rehabilitación y es adherente al tratamiento, los resultados son positivos”, advirtió.


A Andrés Patelepen le diagnosticaron cáncer de próstata en 2018 en Buenos Aires. Tras una mala experiencia con el tratamiento, decidió radicarse en Bariloche tres años atrás, donde además vivía su hija. En la Fundación Intecnus, lleva adelante el tratamiento y le detectaron además cáncer en las cuerdas vocales.

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