Prevención del suicidio: «No es cierto que una persona que piensa en eso ya lo tiene decidido y nada lo hará cambiar de idea»

La Red Argentina de Suicidología recibe entre cuatro y siete comunicaciones diarias en Río Negro de personas que buscan asesoramiento.

Río Negro es la séptima provincia del país con mayor incidencia en la problemática del suicidio. La sede de la Red Argentina de Suicidología recibe entre cuatro y siete comunicaciones diarias en busca de asesoramiento.

Según Unicef, el suicidio es la segunda causa de muerte en niños de 11 a 19 años en Argentina.

El próximo 14 de marzo se llevará a cabo una jornada libre y gratuita «Identificación y Prevención del Suicidio» en el gimnasio del Soyem, en Brown y Castex, en Bariloche. «La jornada está enmarcada en la Ley Nacional de Prevención del Suicidio porque la provincia adhiere. Establece la capacitación a todos los empleados estatales de manera obligatoria, siendo análoga a la Ley Micaela», indicó Marcelo Mandri, suidólogo y negociador en situaciones de crisis.

Explicó que se trata de «llevar conocimientos básicos a las comunidades para tener agentes preventores en todas las provincia. No me refiero a agentes interventores. Cualquier persona con conocimientos mínimos, puede identificar señales ante una situación suicida de un amigo, hermano, compañero de trabajo o pareja y, de esta forma, saber qué hacer«. De esta forma, aseguró Mandri, hay mayores posibilidades de «poner a la persona en un resguardo alto».

Los mitos en torno al suicidio

Mitos hay muchos, aseguran los especialistas. El que quizás más entorpece la prevención es creer que una persona que manifiesta la intención de quitarse la vida nunca lo hará. «El conocimiento académico -acotó Mandri- demostró que, de 10 personas que se quitaron la vida, 9 lo manifestaron claramente y uno lo dejo entrever. Es un mito creer que el que lo dice, no lo hace».

Advirtió que cuando una persona manifiesta alguna intención de quitarse la vida, en realidad, está pidiendo ayuda. «Pretendemos que ese pedido de ayuda sea como nosotros queremos y no es así. Cuando la persona atraviesa situaciones complicadas, pierde capacidad de pedir ayuda», subrayó.

Consideró que la manifestación de quitarse la vida o expresiones del tipo «No quiero seguir viviendo así», «La vida duele demasiado» o «Me gustaría dormirme y no despertarme» son, en realidad, llamados de alerta «de alguien que siente que nosotros podemos dar una mano. Por eso, la importancia de contar con conocimientos mínimos».

Marcelo Mandri, de la Red Argentina de Suicidología en Río Negro. Foto: gentileza

¿Qué hacer ante una situación extrema?

Ante un pedido de ayuda, los especialistas recomiendan acompañar en primer lugar. Y sin juzgar porque se trata de comprender que esa persona está sufriendo. «Hay que entender que ninguna persona quiere morir, solo no quiere sufrir y busca ayuda especializada. Es fundamental que la ayuda sea responsable», mencionó Mandri.

Una acción suicida, puntualizó, tiene un proceso previo que arranca con problemas que se transforman en conflictos, lo que puede llevar a que esa persona entre en crisis, tenga pensamientos negativos que, a veces, confluyen en una ideación suicida.

«Si en ese momento, nadie puede alertar que la persona transita esa situación, puede pasar a fase seis: a la tentativa suicida. Ahí toma importancia los profesionalismos que intervienen y los equipos de emergencia médica. Esa intervención debe ser coordinada. Hay cursos de especialización para atender a suicidas», recalcó Mandri.

Calificó la problemática suicida «de índole biopsicosocial». Por eso, todos, de alguna manera, puede ser víctima de esta situación. «Solo que algunas personas contamos con factores protectores que nos impiden avanzar a esa fase y llegar a la tentativa de suicidio», planteó y agregó: «Todos transitamos conflictos que nos llevan a una crisis. Pero hay personas con factores protectores y y otras con factores de riesgo que las expone: el entorno familiar, el pasar económico, la falta de trabajo, conflictos sociales. Esos factores no son algo categórico, pero si se van acumulando, aumenta la predisposición a los pensamientos negativos».

Otro mito, resaltó, es creer que quienes piensan en el suicidio tienen «problemas mentales»: «La Salud Mental es importante y hay que sacarlos del estado de desesperanza. Pero hay problemas familiares, pérdidas de trabajo, estados de sufrimiento y padecimiento».

El suicidio es prevenible y previsible definen los especialistas. «Tampoco es cierto que una persona que piensa en el suicidio ya lo tiene decidido y nada lo hará cambiar de idea. Hay muchas estrategias a través de la contención social, la asistencia psicológica y, a veces, hasta cuestiones médicas. Por eso, cuando se aborda una persona con ideación suicida, lo correcto es armar redes de contención para que la persona se sienta acompañada y no se sienta una carga para los demás que suele suceder», esbozó el especialista.

Talleres de prevención. Foto: gentileza

Río Negro y el foco en el abordaje

Río Negro, insisitó, es la provincia del país «que más énfasis pone en el abordaje de la problemática suicida». La Red Argentina de Suicidología nació 20 años atrás y desde hace cuatro, brinda atención en la provincia a través del Whats App (02920-15424-4099) y las redes sociales.

«Acompañamos ad honorem cuando las personas buscan respuestas. Ningún profesional cobra por el tiempo, el saber y la dedicación que se brinda«, señaló al tiempo que destacó un grupo de contención y acompañamiento a personas y su entorno y un contacto directo «con distintos miniterios cada vez que surge alguna situación de emergencia».

De todos modos, aclaró que la línea de Whats App no es de asistencia suicida sino de asesoramiento. «En la red tenemos psiquiatras, médicos, psicólogos, licenciados en Servicio Social, especialistas en educación, ad honorem», dijo.

Mandri destacó la caída en la estadística de suicidios en Río Negro en los últimos años. «Antes, teníamos registradas las situaciones de tentativa de suicidios y los hechos consumados en la comunidad, pero no había registro de la ideación suicida. Cuando empezamos a poner el foco ahí, aumentó la demanda, los pedidos de ayuda», advirtió.

Ante más información, las personas detectan situaciones de riesgo en su entorno y buscan ayuda. «Brindar ayuda posibilita poner esa persona a resguardo y no esperar una tentativa suicida. Por eso, incentivamos a que las personas pidan ayuda. Deben saber que no están solas y que hay personas especializadas que quieren acompañar», expresó.


Río Negro es la séptima provincia del país con mayor incidencia en la problemática del suicidio. La sede de la Red Argentina de Suicidología recibe entre cuatro y siete comunicaciones diarias en busca de asesoramiento.

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