Equipo médico del Castro Rendón marca hito con cirugía única en Neuquén
Se realizó este año en el hospital Castro Rendón, en un niño de 11 años. Permitió completar un tratamiento por malformación de nacimiento.
El Castro Rendón se convirtió en el hospital de la provincia de Neuquén en realizar la primera cirugía de maxilar superior fisurado en un paciente pediátrico. En términos médicos se trata de una “reconstrucción de la arcada alveolar o de los dientes, permitiendo la continuidad dentaria de los pacientes FLAP (Fisura Labio Alvéolo Palatina)”.
Se trata de pacientes que nacen con su paladar, su maxilar superior, el labio y la nariz “partidos” o incompletos. Desde el primer minuto del nacimiento estos niños o niñas deben someterse a una serie de intervenciones. Y para llevar una vida normal, deben pasar por cuatro cirugías de reconstrucción. Pero hasta este año, en la provincia de Neuquén, el último paso quedaba trunco en los hospitales porque no se contaba con profesionales formados en cirugía maxilofacial.
A partir de julio de este año, el Castro Rendón tiene ya un equipo completo y marcó un hito en la historia de la medicina local. El grupo de profesionales que realizó la primera cirugía en un paciente de 11 años está integrado por Sabrina Scalesi, cirujana infantil y cirujana plástica infantil; Mariana Gómez, médica y odontóloga especialista en cirugía maxilofacial y Mariano Ojeda, cirujano Infantil.
Cuando nace un bebé con estas características, automáticamente se da aviso al equipo FLAP, integrado por profesionales de varias especialidades. Y allí comienza la historia. La odontóloga y cirujana, Mariana Gómez, es quien mejor lo explicó.
“Primero hay una evaluación del fonoaudiólogo. Luego un ortopedista, en el mismo momento en que nacen estos pacientes, les aplica una plaquitas de acrílico en su paladar para que puedan alimentarse y que la leche no se les vaya por la nariz. Ellos tienen como una canaleta, entonces cada vez que comen la leche va directo hacia la nariz”, explicó la profesional.
Cuando esos bebés cumplen sus tres meses de vida, los cirujanos plásticos los operan para reconstruirles el labio y la nariz. Al cumplir su primer año, regresan al quirófano para ser intervenidos con una práctica que permite “cerrarles” o completarles el paladar.

“Pero ¿cuál era el problema? Hasta ahora en la provincia de Neuquén no tenían a nadie que les hiciera el cierre del maxilar superior. Esa cirugía les toca entre los 9 y 11 años. La novedad de esta cirugía es precisamente eso, cuando me incorporan a mí al equipo, logramos hacer esa cirugía para terminar de cerrar todo lo que estos niños tienen fisurado. De esa manera, quedaría el paciente con su tratamiento finalizado. Antes les quedaba inconcluso su tratamiento”, agregó.
¿Por qué es importante completar esta cuarta cirugía? Porque permite que el niño logré un desarrollo dentario normal. El procedimiento se realiza entre los 9 y los 11 años. El recambio de los dientes se produce entre los 5 y los 6 años, pero en estos pacientes con fisura, “lo que se complica es el recambio del canino que es un diente que sale más o menos a los 13 años. Es que al faltarles una parte del hueso del maxilar superior, ese canino no tiene por donde salir”, precisó Gómez.
El procedimiento para completar el tratamiento, que se realizó por primera vez en el Castro Rendón, es utilizar un pequeño hueso del mentón o de la cadena del paciente para realizar el injerto en el maxilar superior.
En el caso del niño de 11 años, que fue el primer paciente, la cirugía duró alrededor de tres horas y luego de una internación por observación de 24 horas se le dio de alta con una dieta especifica. Evolucionó muy bien y no sufrió dolor.
El período de recuperación ronda entre los 10 y los 30 días dependiendo de en qué parte del cuerpo del paciente se retira la parte del hueso para el injerto. Además deben respetar una dieta alimentaria estricta y no perder de vista la higiene bucal. Pero hay un dato muchas más interesante.
“A partir de esta cirugía, los pacientes tienen un montón de beneficios. No solo permite que termine de salir la dentición definitiva sino también desde el punto de vista de cómo se ven ellos mismos. Eso les cambia mucho la autoestima porque suelen tener la nariz caída del lado que falta el hueso y cuando le hacemos la cirugía del maxilar superior, la nariz es como que automáticamente mejora, ese hundimiento desaparece y uno ve como les cambia la autoestima y el ánimo. Están más seguros de ellos mismos”, contó la cirujana.
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