Temporada en Bariloche: los emprendedores buscan la forma de sobreponerse a la inflación

Se estima que hay alrededor de 1.200 productores y artesanos barilochenses registrados en la base de datos de la Secretaría de Producción, Innovación y Empleo.

Los artesanos y pequeños productores de la “economía social” se cuentan entre los sectores que aspiran a sacar provecho de la temporada turistica de invierno, pero esa perspectiva -que algunos definieron como “auspiciosa”- contrasta con los avatares que les impone la inflación, con tasas que ya superan el 115% anual.

En el colectivo “Ovillo” de tejidos patagónicos, que expone y vende en estos días en el Scum de Moreno y Villegas, reconocieron que entre sus principales preocupaciones está el precio de la lana, que aumenta sin parar y condiciona todo el plan de comercialización.

Viviana Ferrada trabaja como tejedora desde hace cuarenta años y dijo que las ventas hoy son buenas porque “el turismo cambió mucho y ya no hay bajas temporadas”, pero señaló que fijar precios es un verdadero problema, porque el costo de la lana “se triplicó” en el último año.

La única salida que encuentran ella y sus colegas es resignar margen de ganancia o -dicho de otro modo- asegurarse una remuneración menor por hora de trabajo, que es el segundo componente clave en el costo del producto.

A veces una toma como referencia el precio de los locales comerciales. Pero tampoco sirve, porque si es muy caro cuesta vender”, explicó. Su colega, Alejandra Mazzei dijo que hoy el turista es su cliente excluyente porque “el local no quiere pagar lo que vale el trabajo”.

El difícil equilibrio entre esas variables también es la preocupación central de otros emprendedores, por ejemplo los que tienen puesto permanente en la globa del Centro Cívico. Uno de los referentes del grupo Ecosureños, que administra ese espacio, Gustavo Hernández, dijo que el “momento es muy difícil” y si el productor no cuida sus números “es usual que se quede sin reponer”.

El costo de los insumos puede deparar sorpresas impensadas, porque muchos evolucionan a un ritmo mayor que la inflación. Hernández dijo que el escenario no es igual para todos. Por ejemplo, los que trabajan con bijou y deben abastecerse de plata, alpaca y otros metales, la tienen mucho más difícil. Hernández señaló que “con todos los materiales que son importados” manejar la reposición es un verdadero dolor de cabeza.

El ajuste permanente de precios debe tener en cuenta la reacción del público, explican. Foto: Chino Leiva

Admitió que el ajuste permanente de precios debe tener en cuenta la reacción del público. “Si yo actualizo el precio y veo que si se paran tres personas, miran el producto y lo dejan, y esa conducta es repetida, me doy cuenta que el precio no va. Entonces no queda otra que resignar rentabilidad”, explicó.

Lo mismo dijo Ferrada: “Aumentar precios de venta al ritmo de lo que aumenta la materia prima debería ser la regla. Poder se puede. Pero yo no aumento todo lo que debería porque no vendés. Prefiero trabajar más y ganar lo mismo”.

El ajuste permanente de precios debe tener en cuenta la reacción del público, explican. Foto: Chino Leiva

Intuición antes que nada

Para el referente de Ecosureños la realidad de la “economía social y popular” es muy distinta a la de las grandes empresas porque “uno mismo es el gerente de compras, el productor, el barredor del taller y el jefe de ventas”.

Se quejó también de que los créditos de ayuda ya no son lo que eran porque los montos quedaron desactualizados. Explicó que con los 80 mil pesos que prestaba la agencia Crear de la provincia hace tres años él compró 1.000 máquinas de reloj. Ahora le dan no más de 200 mil pesos y compra 400”.

Sobre ese tema la delegada de Crear, Soledad Ponce, dijo que los créditos son convenientes porque se pactan a 36 meses, con cuota fija y tasas que varían entre el 25 y el 30% anual, cuando un banco cobra no menos del 140%. Pero los montos pueden resultar bajos porque se fijan sobre la capacidad de pago de un contribuyente monotributista.

Ponce reconoció también que la inflación es un condicionante crucial. “Se brinda desde el Crear asistencia técnica a los produtores, se les financia la contratación de un profesional hasta el 80% para que los oriente” dijo, aunque que administrar la ecuación de costos y rentabilidad “es algo complejo en este marco”.

El ajuste permanente de precios debe tener en cuenta la reacción del público, explican. Foto: Chino Leiva

Más de 1.000 puestos de trabajo

La secretaria municipal de Producción, Innovación y Empleo, Eugenia Ordónez, calculó que son unos 1.200 los pequeños productores y artesanos barilochenses registrados en la base de datos a su cargo. Dijo que muchos de ellos aprovechan los puntos de venta que les ofrece el municipio en las ferias permanentes, en las expo temporales del Scum, y también en el puerto San Carlos, el cerro Catedral y la terminal de ómnibus.

Pero aceptó que cuando las condiciones económicas se endurecen el sector cruje. El emprendedor cuentapropista, dijo Ordóñez, “no tiene las herramientas de una gran empresa para el seguimiento de precios” y tampoco la capacidad de comprar en cantidad, a proveedores de Buenos Aires, con acceso a mejores precios.

Aclaró también que las bajas temporadas turísticas ya no golpean como antes y así lo comprueban en su secretaría, donde no se producen los picos de búsqueda de empleo que solían existir antes en los meses de otoño o primavera.

Ordóñez dijo que los productores tienen como necesidad principal el “acompañamiento” en la comercialización y en la elaboración de lo que llaman su “plan de negocios”.

El ajuste permanente de precios debe tener en cuenta la reacción del público, explican. Foto: Chino Leiva

Hernández aseguró que se preparan para la temporada de invierno con “buenas expectativas” pero con la incertidumbre de no saber a ciencia cierta “cuál es el mejor precio” para el producto que trabajan. Dijo que se trata de “un hilo muy delgado”, que depende de analizar la situación del mercado y definir “cuánto aspirás a ganar”.

Señaló que un síntoma de la crisis se ve en la “alta rotación” registrada en la globa de emprendedores, que alberga hoy a unos 110 puesteros, y tiene a otros 30 en lista de espera. Aseguró que siempre hay bajas porque “algunos se descapitalizan y dejan la actividad, pero hay otros que entran, todo tiempo. Siempre va a haber gente que vive de esto, y la rotación es más alta que antes”.


Los artesanos y pequeños productores de la “economía social” se cuentan entre los sectores que aspiran a sacar provecho de la temporada turistica de invierno, pero esa perspectiva -que algunos definieron como “auspiciosa”- contrasta con los avatares que les impone la inflación, con tasas que ya superan el 115% anual.

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