Una botella que no fue al mar, fue al médano de la ciudad de Neuquén

En los años 30, un vecino de la ciudad de Neuquén arrojó al desierto de la ciudad de Neuquén, un mensaje en papel para las futuras generaciones. Se encontró 60 años después.

Nadie podría sorprenderse si se entera de una botella con un mensaje escrito en papel en su interior, que fue tirada al mar. Un clásico que incluso fue tema de una recordada película de Hollywood.
¿Pero si una botella fue lanzada al desierto y encontrada 60 años después? Neuquén tiene sus historias.

Esto pasó en la ciudad de Neuquén en 1939, cuando un vecino de la capital dejó dentro del recipiente de vidrio un mensaje para las generaciones futuras y lo impulsó al aire para que se entierre en los médanos que aún no habían sido domados del todo.

Allí quedó oculto hasta 1999, cuando la subsecretaría de Obras y Servicios Públicos de la provincia de Neuquén encaró tareas de refacción en uno de los despachos principales del casco histórico de Casa de Gobierno.

En pleno trabajo, los operarios levantaron el piso y encontraron una serie de objetos que por el estado en que se presentaban ya daban cuenta de su antigüedad. Carcomidas por el óxido se rescataron herraduras, argollas, frenos, torniquetes, para estirar los alambrados, unos envases para tinta. Pero lo que más llamó la atención fue esa botella de una gaseosa o jugo, de una marca reconocida de la época, que en su interior contenía un papel con un mensaje.

Para que en tiempos futuros, cuando de nosotros ya no queden rastros, sea esta un motivo para el que lo encuentre, que le ha de servir para evocar estos tiempos tan difíciles en todo orden y más aún para nosotros los empleados de policía, en que parte de tener que desempeñar una tarea tan ingrata por muchas causas, estamos obligados a pasar lo mejor de nuestra vida, en estos parajes, que quiera Dios, que al tiempo de encontrar este papel sea mucho mejor”, es el primer párrafo de la nota que fue rescatada de los polvorientos archivos de la historia neuquina por la página digital masneuquen.com.

Luego en el escrito de ese papel se transcriben los nombres de quienes eran las autoridades de ese momento. El gobernador era Enrique Piloto, el jefe de la policía se llamaba Cornelio Giménez. Y la lista sigue con otros empleados de la Jefatura donde se menciona a Humberto Ligaluppi, que se define como “ el que esto escribe”.

Humberto fue responsable del gabinete fotográfico de la policía y autor de muchas fotos que dejaron testimonio gráfico de lo que fue por aquellos años, la ciudad de Neuquén. Pero además, “demostró una inclinación por el arte, la poesía, el dibujo y la música, disciplinas que eran muy difíciles de desarrollar en el Neuquén del ayer”.

Pero encontró una manera de llamar la atención y de dejar un mensaje a futuro. Donde no hay mar, los médanos inhóspitos también pueden resguardar el testimonio de los primeros pobladores.


Nadie podría sorprenderse si se entera de una botella con un mensaje escrito en papel en su interior, que fue tirada al mar. Un clásico que incluso fue tema de una recordada película de Hollywood.
¿Pero si una botella fue lanzada al desierto y encontrada 60 años después? Neuquén tiene sus historias.

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