Una fundación caza niños con inquietudes tecnológicos en Viedma
La Fundación para la Ciencia, Tecnología y Comunidad Patagónica comenzó a funcionar en agosto del año pasado en Viedma.
“Si a un chico le gusta el fútbol, tiene un lugar a donde practicar. Lo mismo si le gusta cualquier otro deporte. Ahora, si le gustan las matemáticas, la química o la programación: ¿a dónde va?”. La inquietud no quedó ahí. Gabriel Entraigas tomó la iniciativa y decidió generar un espacio en Viedma, a través de la Fundación para la Ciencia, Tecnología y Comunidad Patagónica -CiTeCoPa-.
La creación de esta institución fue consecuencia de un grupo de personas que interactuaban en el Punto Digital de la Municipalidad de Viedma. “Son lugares que permiten la orientación y la alfabetización digital”, definió. Y recordó que “fue una política nacional del Ministerio de Modernización en 2016 que llegó a tener 450 puntos en todo el país. Se hicieron convenios con diversos municipios para instalar computadoras y equipos que aportaba Nación en espacios de esas localidades con capacitadores”.
En Viedma, el Punto Digital comenzó a funcionar en 2021 con la intención de brindar cursos y capacitaciones en diversos temas tecnológicos, vinculados a la programación, la impresión 3D, videojuegos, fotografía y edición, entre tantos otros.
Entraigas tiene 54 años y asegura que hace 40 que “junta mugre”: “Soy un chatarrero obsesivo. Empecé a dar cursos de reciclaje de chatarra electrónica y de esta forma, me empecé a vincular con los chicos”. Ese universo le pareció fascinante.
Pero en ese momento, salió a la luz una necesidad: los cursos de Punto Digital tenían un tiempo acotado y después de su participación, los chicos no tenían a dónde seguir practicando los conocimientos que habían adquirido. Entonces, surgió la idea de armar un club de ciencias.
“Siempre quise armar una red de gente que estuviera relacionada con la tecnología. En un viaje a Buenos Aires, me reuní con un referente del Ministerio de Ciencia y Tecnología encargado de los clubes de ciencia y me explicó que lo más conveniente era tener una personería jurídica”, contó. Así nació la fundación en agosto del año pasado.
Según describe Entraigas, la fundación tiene tres pilares: un club de ciencias, un taller de construcciones digitales y una liga robótica.
El objetivo es captar a chicos de 9 a 17 años con intereses en la tecnología para que puedan interactuar entre sí. Se trata de escuchar las inquietudes que vayan surgiendo y poder desarrollarlas.
“En unos meses vamos a arrancar con una feria itinerante de ciencias en las escuelas. La idea es proponer una obra de teatro, una demostración de experimentos científicos y una muestra de todos los robotitos que hemos desarrollado. Se trata de interactuar con otros chicos interesados en estas cuestiones”, detalló.
El taller de construcciones digitales se encuentra en proceso de desarrollo y estará abierto a la comunidad. Ya tiene sede física: funciona en un espacio cedido del Laboratorio de Proyectos Digitales de la Secretaría de Desarrollo Humano del Municipio de Viedma.
“Recuerdo que el año pasado hicimos unos ‘agitadores’ para una chica que hacía dulce. No paraba de revolver. Logramos digitalizar ese proceso para evitar que estuviera constantemente pendiente y parada”, dijo.
Finalmente, la liga robótica es una especie de nodo en el que los integrantes -alrededor de 15 niños- desarrollan robots a partir de “desperdicios” de chatarra electrónica.
Desde la fundación, invitan a todos los chicos que deseen crear su propio robot a un costo reducido. “La idea -manifestó- es que puedan venir a jugar y competir en esta liga. Hay una liga nacional que tiene todo un circuito y estamos preparando robots para incorporarnos”.
Reciclaje
La Fundación suele promover una jornada de desarme y clasificación de aparatos eléctricos y electrónicos. De esa forma, encara “un proceso de enseñanza” para explicar cómo funcionan las cosas.
“Les explicamos qué tienen que revisar antes de tirar algo, ver si podemos armar un mercado de componente reutilizables”, señaló y agregó que “los aparatos electrónicos tienen un plástico que, en Argentina, no se recicla. Estamos acumulándolo hasta que podamos tener una maquina para procesarlo”.
Días atrás, la fundación recibió gran cantidad de dispositivos eléctricos y electrónicos por parte del Ministerio de Economía de Río Negro para reciclar.
Patricia Oporto, vinculadora tecnológica del Ministerio de Gobierno, destacó que “venimos trabajando desde 2018 en este tipo de reciclado y cuando nos enteramos que Economía tenía una sala llena de residuos que podrían ser de utilidad, comenzamos a pensar la manera de volverlos al sistema”.
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