Vacuna contra la enfermedad de Chagas: esperanza por un prototipo que prepara el Conicet
De administración nasal, las pruebas hasta ahora demuestran que ayuda a la disminución de síntomas. En Argentina existen millones de infectados.
Un nutrido grupo de expertos nacionales trabaja en el diseño de un “prototipo vacunal de administración nasal” para prevenir la enfermedad de Chagas, informaron desde el Conicet. Sus avances ya fueron publicados en una prestigiosa revista internacional.
En un trabajo articulado con la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional del Litoral, su labor se dio a conocer en la revista científica Vaccines, referente en temas de vacunación a nivel internacional. Allí se supo que los ensayos in vivo mostraron resultados positivos en la disminución de la miocarditis, la inflamación y las alteraciones electrocardiográficas provocadas por esta patología en su fase crónica.
Según se explicó, este aspecto del abordaje venía siendo poco explorado hasta el momento, “ya que la mayor parte de los estudios de eficacia en vacunas se centran en la fase aguda de la patología, inmediatamente posterior a la ocurrencia de la infección”.
“La enfermedad de Chagas, mal llamada Mal de Chagas, es una dolencia parasitaria provocada por un parásito intracelular (Trypanosoma cruzi) que causa diversas afecciones crónicas y que, entre ellas, afecta principalmente al corazón, en aproximadamente el 30% de los individuos infectados”, explicó Ana Rosa Pérez, una de las autoras del paper difundido y directora del Idicer (Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario). Agregó que puede causar otras manifestaciones severas, como “la presencia de megavísceras, un agrandamiento anormal del colon y el esófago, y, en menor frecuencia, algunas alteraciones neurológicas”.
Para conocer más sobre el panorama, desde el Conicet señalaron que “en Argentina, la principal manifestación es la miocarditis chagásica crónica (MCC), que provoca agrandamiento del corazón y su falla funcional. En general, aparece entre quince y treinta años después de producida la infección, lo que suele ocurrir en la niñez. Es decir, afecta principalmente a una población económicamente activa, de entre 30 y 40 años o más. La MCC puede provocar serias alteraciones funcionales, como la insuficiencia cardíaca, e incluso la muerte súbita”. “Las personas que tienen miocardiopatía chagásica severa ven afectada seriamente su calidad de vida y algunos deben ser trasplantados”, alertó la científica.
“Actualmente existen dos medicamentos para combatir al parásito, el benznidazol y el nifurtimox. Ambos fueron desarrollados unos setenta años atrás y hasta el día de hoy no se ha podido descubrir ni sintetizar un fármaco que los suplante o supere en eficacia”, reconoció el Conicet. Cabe recordar que como la fase aguda, es decir, en los primeros meses de la infección, suele pasar desapercibida, eso reduce la posibilidad de eficacia de los medicamentos del 100% al 50% o menos. “Es por esto que la mayor parte de los individuos que se infectaron no recibieron el tratamiento adecuado”, lamentó Pérez.
Por eso, si bien las vacunas no garantizan que se logre la “inmunidad esterilizante”, se ha demostrado que puede disminuir la carga parasitaria. “Entonces, los individuos que estén inmunizados, aunque se infecten, podrían tener una gravedad menor”.
A la par del trabajo de Pérez (vacuna preventiva), el grupo de la UNL, liderado por Iván Marcipar, también investigador del Conicet, desarrolla una vacuna similar, pero terapéutica. Esto es, que pueda ser administrada a una persona con Chagas durante la fase crónica indeterminada, y que evite la progresión a la miocarditis.
“Ambas vacunas están en la etapa preclínica de investigación, es decir que se están haciendo los estudios in vivo o in vitro para determinar su inmunogenicidad y eficacia; aún no fueron testeadas en seres humanos, sino en modelos animales”, planteó el organismo investigador. “Se necesitan fondos para continuar con las siguientes fases de la investigación y luego recorrer un largo camino hasta que, ciertamente, si se comprueba su efectividad en personas, pueda comercializarse”, concluyeron.
Si bien la enfermedad es endémica en el norte argentino, “que sea endémica en esa zona del país, no quiere decir que no haya individuos con enfermedad de Chagas en otros lugares”, advirtieron los expertos. La migración de la población ayuda a la proliferación, además de los casos congénitos, en los que se transfiere de una madre infectada a su hijo. Se estima que en el resto del mundo hay alrededor de cuatrocientas mil personas infectadas, mientras que en Argentina, se calcula que existe entre un millón y medio y dos millones de infectados.
Un nutrido grupo de expertos nacionales trabaja en el diseño de un “prototipo vacunal de administración nasal” para prevenir la enfermedad de Chagas, informaron desde el Conicet. Sus avances ya fueron publicados en una prestigiosa revista internacional.
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