Transitar la pandemia sin internet y en el interior de Neuquén

Villa del Nahueve y San Ignacio son casos testigos. Sus habitantes deben recorrer largas distancias para lograr una buena conectividad para realizar llamadas. En épocas de invierno, por las intensas nevadas, las cosas se complican aún más. Vuelve a tener relevancia un viejo equipo de radiollamada.

El modo en que se atraviesa la pandemia en Neuquén, no es igual en todas las localidades de la provincia. Hay sitios que conviven con la falta de posibilidades para comunicarse. Tener que trasladarse kilómetros del lugar donde se vive para lograr una señal telefónica es una práctica a la que se tuvieron que acostumbrar los que habitan en San Ignacio, un paraje ubicado a 55 kilómetros de Junín de los Andes.

Algo similar sucede en Villa del Nahueve, en el norte neuquino. Sus pobladores tienen que salir de sus casas e incumplir la cuarentena si desean poder comunicarse. Además dependen de que haya buenas condiciones climáticas. La radio FM es el principal aliado que tienen para recibir o enviar algún mensaje.

“Tenemos señal en la zona de La Rinconada que está a 30 kilómetros de mi casa y otro en El Salitral, también a varios kilómetros. Después hay un lugar a media hora de caminata de la casa de mi abuela”, contó Marilú Inal, vecina de San Ignacio.

Agregó que la única manera que tiene la comunidad de comunicarse es con llamadas, pero indicó que “si hay viento tampoco hay señal” por lo que “hay que correr con mucha suerte”. Están sujetos a las inclemencias del tiempo.

Nadie usa Whatsapp porque no hay internet. Lo que se sabe de lo que pasa (sobre la pandemia o de otros temas) es por una radio del pueblo (Junín) y lo que se sabe de manera comunitaria por boca en boca. Algunos tienen televisión”, agregó Marilú que nació y se crío en el lugar.

Otro de los recursos es un equipo VHF, que está en el centro de salud que tiene el paraje. Ciriaco Namuncurá, emplea el dispositivo para mantener contacto con el hospital de Junín de los Andes.
“Siempre me piden usar el VHF”, contó Ciriaco. Los pobladores utilizan este medio de comunicación para enviar mensajes a sus familiares, para solicitar ayuda para acercar alimentos hasta alguna vivienda o para pedir un taxi para bajar al pueblo.


Ciriaco permanece en San Ignacio, de lunes a viernes, y generalmente los fines de semana está en Junín de los Andes. Por eso, sabiendo de la importancia del equipo VHF, el agente sanitario le entregó a “una persona de confianza una llave de la posta de salud por cualquier emergencia que surja y que requiera del uso del dispositivo”.

Namuncurá comentó que las baterías del VHF dura tres o cuatro años y después ya hay que cambiarlas.

El hombre sostiene que el lugar necesita urgente un avance en las comunicaciones: “Se mejoró en otros niveles pero la comunicación en la comunidad sigue siendo del siglo XX. El único cambio que hubo es de pasar de un equipo de BLU al de VHF, y la comunicación es algo muy importante”, señaló Namuncurá.

La situación se complejiza aún más en invierno. Por un lado, porque acceder a los puntos donde hay señal se dificulta con la llegada de la temporada de nevadas copiosas.

En este momento, con la pandemia Ciriaco Namuncurá solo hace atenciones de emergencia. Tiene 25 pacientes crónicos a las que realiza un control semanal.

San Ignacio es uno de los sitios más importantes dentro del turismo religioso. Es conocido por el santuario en forma de kultrún que alberga los restos del beato Ceferino Namuncurá.

“Si hay que comunicar algo es por la radio. Si hay una urgencia hay que salir corriendo hasta donde haya señal”.

Marilú Inal es una vecina del paraje San Ignacio, a 30 kilómetros de la Rinconada.

“El pueblo no tiene ni internet ni señal de teléfono y la gente está aislada”, manifestó un habitante de Villa del Nahueve, un punto ubicado a 75 kilómetros de Chos Malal y a 25 kilómetros de Las Ovejas.
Un poblado de Neuquén con 400 habitantes, en donde la mayor parte de los vecinos se dedican a la cría de ganado caprino. Al ser consultado, un grupo de vecinos dijo que se sienten incomunicados y que la situación se agrava por el contexto de emergencia sanitaria por el coronavirus. Una de las pocas posibilidad que tienen para informarse es a través de una radio de Andacollo.
Hay solo unos pocos puntos “fortuitos” donde se puede encontrar señal para poder realizar una llamada por celular. Por lo cual, para poder comunicarse los vecinos se ven obligados a incumplir la cuarentena porque tienen que salir de sus casas.
Otra opción es usar un teléfono público, ubicado en las instalaciones de la comisión de fomento. Es libre y no tiene un costo.
El municipio tiene Wifi por el plan nacional “Argentina Conectada”, pero solo en un radio de 50 metros de donde está la antena.
La otra opción es acercarse a la escuela primaria, que tiene conexión Wifi.

Dato

116.445
accesos de Internet fija, había en la provincia de Neuquén, para 2019, según Enacom.

El gobernador Omar Gutiérrez firmó el 1 de junio en Buenos Aires un acuerdo con el ministro Jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, para mejorar al servicio fijo de internet de banda ancha y favorecer la conectividad en quince localidades y parajes.

Se trata de un aporte del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) de 154.549.186 pesos más IVA a la empresa estatal provincial Neutics Sapem. También incluye una inversión a cargo de Neutics de 38.637.296,54 pesos más IVA.

Incluye 251 kilómetros de despliegue de fibra óptica y 279 kilómetros de enlaces radioeléctricos de alta capacidad.

Se propone construir una troncal mayorista que una varias localidades y brindar conexión minorista a localidades donde tienen un servicio deficiente o directamente no disponen de conexión.

La iniciativa beneficiará a Aluminé, Villa Pehuenia, Las Coloradas, Chos Malal, Andacollo, Huinganco, Las Ovejas, Los Miches, Caviahue, El Cholar, Rincón de los Sauces, Villa del Curí Leuvú, Villa del Nahueve, Taquimilán y Los Catutos.


El modo en que se atraviesa la pandemia en Neuquén, no es igual en todas las localidades de la provincia. Hay sitios que conviven con la falta de posibilidades para comunicarse. Tener que trasladarse kilómetros del lugar donde se vive para lograr una señal telefónica es una práctica a la que se tuvieron que acostumbrar los que habitan en San Ignacio, un paraje ubicado a 55 kilómetros de Junín de los Andes.

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