Pichetto, un gestor de la fruticultura regional

A Miguel Pichetto le sienta muy bien el rol de gestor. A veces con más éxito que otras, pero es innegable que el senador peronista fue y es el interlocutor de productores, empresarios y gobernantes para temas frutícolas. Fue gestor y crítico de los viejos métodos de la fruticultura, abogó por la asociatividad y reclamó optimizar tareas para bajar costos y ser competitivos.
Pichetto fue, siempre con gobiernos provinciales de signo político diferentes al de él, salvo la corta gestión de Carlos Soria, el gestor de cada salida para los conflictos frutícolas, con más fuerza en tiempos de tractorazos interminables, cortes de ruta o bloqueos de galpones.
Cada gobernador, desde tiempos en que mandaba el radicalismo en Río Negro, acudió a sus vínculos y gestiones para lograr soluciones ante las emergencias. Pichetto tuvo que ver en cada declaración de emergencia frutícola, en aportes no reintegrables para el sector, en créditos a baja tasa que se fueron gestionando a medida que la actividad fue decayendo.
Pichetto fue el gestor de los reembolsos por puertos patagónicos, de los reintegros para las exportaciones y en el final del gobierno de Cristina Fernández, de la baja de combustibles para el norte de la Patagonia, que si bien alcanzó a todos, fue ideado originalmente para beneficiar a la fruticultura y ayudar a bajar los costos de la actividad.
También el ahora candidato a vice de Macri fue crítico con los chacareros o empresarios que veían permanentemente en los subsidios una salida a cada coyuntura. Supo sentarse a negociar con los gobernadores de turno, desde Horacio Massaccesi, Pablo Verani y Soria, Miguel Saiz y Alberto Weretilneck, cada intento por darle una solución al sector frutícola, que sin embargo con el paso de los años no pudo detener la decadencia.
Pichetto es sin dudas el representante rionegrino que más se dedicó a atender las demandas de la fruticultura de la región.

A Miguel Pichetto le sienta muy bien el rol de gestor. A veces con más éxito que otras, pero es innegable que el senador peronista fue y es el interlocutor de productores, empresarios y gobernantes para temas frutícolas. Fue gestor y crítico de los viejos métodos de la fruticultura, abogó por la asociatividad y reclamó optimizar tareas para bajar costos y ser competitivos.
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