Producción de nueces en Centenario con raíz checoslovaca

Familia Dietrich es el emprendimiento que se dedica a la producción y venta de nueces en Centenario y zonas aledañas. Un repaso por su historia, planes a futuro y qué falta para crecer un poco más.

Daniela es docente y productora de nueces en la localidad de Centenario. Desde el corazón de una chacra de cinco hectáreas cerca del río Neuquén le da vida al emprendimiento “Familia Dietrich”, que busca crecer de la mano de la comercialización de este fruto seco.

Junto a su familia, Daniela Dietrich se planteó el objetivo de revalorizar la tierra productiva, defenderla del avance urbano, reconvertirla y salir al mercado con un producto que les permita mantenerse en pie.

Aunque resta mucho por hacer, el emprendimiento avanza, hay ideas y ganas de consolidarlo con la puesta en marcha de otras actividades. En eso está la familia, y a partir de estas líneas Daniela nos cuenta su historia.

Daniela Dietrich siempre presente en las ferias con su producto artesanal.


Soy tercera generación de familia productora. La chacra la inició mi abuela, que era inmigrante checoslovaca. Ella vivía en Buenos Aires con su papá que era constructor. Él venía a trabajar en obras acá en la Patagonia donde hacía los techos de tejas. En uno de esos viajes compró esta chacra y otra en Plottier, como una fuente de inversión”, cuenta Daniela.

“Con el tiempo mi abuela lo acompañó en un viaje y se enamoró de alguien acá… y bueno medio que se instaló también en la chacra. Él se la cedió a mi abuela y me gusta rescatar esto porque no era común que en la época la tenencia de la tierra esté en manos de una mujer”, rescata la productora de Centenario.

En principio la familia se dedicó a la producción tradicional de peras y manzanas en una chacra de cinco hectáreas. En 2000 o 2001 empiezan los programas de Provincia y de Nación a pensar en la reconversión frutícola y en pensar alternativas a la producción de tradicional.

“En ese momento y frente a esta posibilidad mi papá, que en ese momento estaba a cargo de la chacra, decide innovar y pensar en una alternativa. Nosotros ahí ya teníamos una granja avícola y nos dedicábamos a la venta de huevos como un ingreso extra a la producción frutícola. Eso fue a fines de los 80 o principios de los 90 cuando llegamos a tener más de 6000 gallinas ponedoras”, recuerda Dietrich.

«Estoy proyectando incorporar propuestas de agroturismo como otra fuente de ingresos complementaria a la producción primaria».

Daniela Dietrich, productora de Centenario.

“Además teníamos algo de fruta de carozo o de fruta fina y esa diversidad nos permitía poder dar la vuelta al año. En el 2001 se da esta posibilidad de pensar en otro cultivo y la oferta eran cerezas, ciruelas o nogales y se optó por este último. En ese tiempo le escuchaba decir a mi papá que no se arrepintió de elegir nogales por la tarea cultural que implica comparado con los cerezos y ciruelos, y por la posibilidad de poder almacenarlas y venderlas vos, y así evitar intermediarios”, contó Daniela.

Dos incendios que consumieron casi todo



En 2013 tuvimos un gran incendio que nos quemó 1.800 plantas de manzanas y peras en plena producción de 10 años en espaldera. La mitad de la chacra se nos quemó. Los nogales los pusimos en el 2000 y estaban en producción, así que teníamos un volumen de producción y comercialización que nos permitía algunos ingresos”, recuerda la productora.

Un producto con sello neuquino.


Dos años después hubo otro incendio que afectó una superficie más grande de la chacra y que constituyó un duro golpe para esta familia de Centenario.

“Después en el 2017 cuando falleció mi papá me hice cargo de seguir en esta tarea. Y gracias a la docencia, que es mi trabajo estable, puedo sostener la producción de la chacra”, cuenta Daniela.

“Ahora venía de dos años muy malos, la helada de octubre del 2022 que nos heló el 70 / 80 de la producción, y encima veníamos de un año muy malo de comercialización porque no se había exportado, entonces toda la nuez de Mendoza vino al Valle y no podía competir por los precios. Pero con la producción del año pasado repunté y me permitió volver a acomodarme económicamente”, respira aliviada la productora.

“Lo que la chacra me da hoy es solo para mantenerla, no puedo vivir de eso. Por eso es que estoy proyectando incorporar propuestas de agroturismo como otra fuente de ingresos complementaria a la producción primaria”, cuenta sobre los planes a futuro.

“Con esta hectárea de nogales con plantas que ya tienen 24 años tengo una producción que me permite sostener la chacra, un empleado permanente y afrontar algunos gastos fijos como el canon de riego.

Elección de variedad



“La variedad que cultivamos es la Chandler, porque es la que mejor se adaptó y tiene mayor rendimiento. Estéticamente es más linda, más blanquita, comercialmente es la que mejor va y además es una nuez que tiene una cáscara muy blanda y se pela fácil”, comentó Daniela.


“Nuestro valor agregado diferenciador es pelar el producto manualmente, lo que permite que sea más sano. Ahora me manejo en el mercado local, con las ferias como principal canal de comercialización”, cuenta.

Este emprendimiento lo sostengo porque me parece que la tierra productiva tiene que continuar vigente, porque si seguimos permitiendo que las chacras se conviertan en loteos privados estamos perdiendo tierra que es la base de la producción de alimentos, no podemos darnos ese lujo hoy”, finalizó la productora.

Se acerca el tiempo de una nueva cosecha



El cultivo de nogales y la producción de nueces es una tendencia que crece en tierras fértiles de la región. Pero cuáles son los detalles de esta producción, qué cuidados hay que tener, cuál es el rendimiento, cuándo se cosecha.

Nueces listas para la recolección en la chacra de Centenario.


A continuación van algunos datos para conocer un poco más sobre este cultivo.

“En el nogal no hay que podar salvo cuando la planta ya es muy grande y empieza a generar sombra abajo, pero sino no es un árbol que tengas que cuidarlo tanto”, dice la productora de Centenario.

“Solo en la época de cosecha sí tenés que tener cuidado, por ejemplo que el fruto no esté sometido a mucha humedad porque eso perjudica la calidad. La etapa de cosecha es clave y si tenés los cuidados necesarios lográs un producto excelente”, aclara.

«La variedad que cultivamos es la Chandler, porque es la que mejor se adaptó y tiene mayor rendimiento. Estéticamente es más linda, más blanquita, comercialmente es la que mejor va y además es una nuez que tiene una cáscara muy blanda y se pela fácil».

Daniela Dietrich, productora de Centenario.

“El nogal tiene una particularidad que empieza a producir al octavo año aproximadamente y esa hectárea que tengo me rinde en épocas buenas entre 4.500 y 6.000 kilos”, dice Dietrich.

“La cosecha empieza a fines de marzo y depende el ritmo que tenga en función de la cantidad de gente que esté trabajando la puedo sacar en un mes o en hasta tres meses. En época de cosecha necesito más o menos 5 personas para hacerla rápido y mantener la calidad del producto”.

¿Conseguís habitualmente personal?, consultamos. “Se hace difícil conseguir trabajadores para la cosecha porque nosotros hoy tenemos el petróleo que se lleva la mayor cantidad de mano de obra”.

La cosecha de nueces es muy sencilla, en lo único que hay que tener cuidado es en repasar bien el terreno porque como se hace en otoño ya hay hojas en el suelo y eso puede esconder los frutos. Ahora incorporamos tecnología para la cosecha que son como unos rodillos de alambre que tienen la forma de una pelota de rugby y lo pasás por el monte como si estuvieras lavando los pisos. Con eso se hace más fácil la recolección de frutos del suelo”.

También se puede hacer con una máquina que hace vibrar el árbol y las nueces caen en una faja de cuero que está abrazando el tronco del nogal. Si no tenés esta máquina hay que esperar que caigan por efecto de la gravedad”, cuenta la productora.

“Cuando se hace mediante vibración después hay que agregar un proceso de postcosecha que es pasarla por una despelonadora para que le saque el pelón verde al fruto y ahí queda bien para poder pasar a secar”.

“Si la juntás del suelo hay que limpiarla si tiene mucha tierra, luego pasa por la despelonadora para lavarla y por último va al horno de secado donde entran unos 350 o 400 kilos”, comenta Daniela.

A mitad de marzo ya empiezan a caer las primeras nueces, y el gran enemigo en época de cosecha es la lluvia porque tira la fruta y en el suelo se humedece, y no podemos levantarla hasta que termine de llover”.


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